El despertar en una instancia profunda y definitiva… no son
momentos de iluminación, estos momentos colaboran claramente al despertar. Pero
una vez que lo estés, la vida hace un giro increíblemente bello y todo se ve
con más colores, los vínculos se fortalecen, o se cierran ciclos. En una palabra
se “crece”.
En nuestro interior hay mucha más sabiduría de la que se
pueda registrar. Hay una voz que pulsa desde la profundidad y nos invita a
mirar más lejos, a realizar actos más trascendentes y a tener una expectativa más
altruista de lo que nos rodea.
Quienes en apariencia demoran nuestros objetivos debemos
tomarlos como un ejercicio de paciencia, perseverancia y observación. Y parándonos
desde última deducir si es solo una demora o algo en la elección estuvo incorrecto.
El corazón desde su sentir, tiene una claridad que la mente
no; por eso es importante darle paso al
sentimiento y luego que la mente, puesta al servicio del mismo, haga los
malabares necesarios para obedecer el designio del amor.
El amor bien entendido, es la incondicionalidad, y desear
lo mejor del otro sin especulaciones. Obrar en consecuencia del amor que gira a
nuestro alrededor y tener tan presente la ley del dar y recibir que sin dudas,
en este ida y vuelta, hace surgir a la ley del merecimiento y nos ofrece
aquello que estamos necesitando.
Despierta a tu divinidad…
Sergio y Klau
www.sakuma.com.ar